El Palacio de Potala, en Lhasa

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Sobre una colina, en el centro de Lhasa, se alza imponente el Palacio de Potala, a casi 3.700 metros de altura sobre el nivel del mar.

En la mítica región del Tibet, allá donde las leyendas se confunden a veces con las realidades, se levanta una ciudad de contrastes, capaz de transmitir una infinita paz al mundo exterior, pero que, desgraciadamente, vive sumida en las continuas tensiones de sus enfrentamientos con el gobierno central de China.

Es curioso que un lugar que para una buena parte de la Humanidad es el centro místico de la paz interior haya tenido que pasar por tantas injusticias y atrocidades para labrarse poco a poco su sitio en el Mundo. ¡Y de qué modo lo ha hecho! Desde sus maravillosas cumbres, casi como si nos mirara por encima del hombro, el Tibet, Lhasa, nos manda continuos guiños de complicidad, buscando ese corazón viajero que sea capaz de enfrentarse a los elementos para subir hasta allá arriba, en la no menos mítica cadena del Himalaya.

Precisamente, la Historia colocó al Palacio de Potala en el centro de las noticias políticas mundiales cuando en el año 1950 China envió un contingente de 80.000 soldados al Tibet con la supuesta intención de liberar a la región autónoma de la influencia extranjera. Un año después, el 9 de septiembre de 1951 las tropas chinas entraron en la capital, Lhasa. Los años siguientes no fueron sino de continuas represiones por parte del gobierno chino hasta que en el trágico año 1959, en el mes de marzo, los chinos sofocaron una revuelta en el país que costó más de 87.000 vidas tibetanas. Como consecuencia, el Dalai Lama Tenzyn Gyatzo, tuvo que huir del Palacio de Potala.

El Palacio de Potala era la residencia oficial del Dalai antes de su exilio. Se trata de un gran edificio que ocupa una superficie de 41 hectáreas donde predomina el blanco apenas contrastado por las también colinas blancas que lo circundan. En la parte anterior se levanta el Palacio Blanco que sube de forma escalonada hasta encontrarse con el Palacio Rojo, de posterior construcción. En el primero, en el Blanco, es donde se encuentran las estancias del Dalai, mientras que en el Rojo es donde se celebran los principales actos religiosos. Todo el conjunto, además, está rematado por tejados dorados que hacen que todo el conjunto impacte aún más por su contraste.

Considerado como lugar sagrado por los monjes budistas tibetanos, allí acuden peregrinos de todo el Tibet, dispuestos a hacer ofrendas y cumplir sus promesas. El monumento fue restaurado en el año 1989, y cinco años después fue declarado Patrimonio de la Humanidad.

EL PALACIO DE POTALA, EN LHASA

  • Año de su inclusión en la lista de Patrimonios: 1.994
  • Localización: en el Tibet, en su capital, Lhasa
  • País: China

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Category: Patrimonios de Asia

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Comentarios (2)

  1. RAMIRO HERRERA RODELO dice:

    Maravillosos el Tibet.
    oda la humanidad debe proteger este pais y no solo eso aprender de ellos todo lo significa vivir en sna paz.
    No puedo morirme sin visitar al Tibet. Dios me darà es a posiblilidad, asi lo siento.

  2. Pepe dice:

    Una lectura muy interesante!

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