El Fado, Patrimonio inmaterial de la Humanidad
La cultura portuguesa está de enhorabuena. Durante los pasados días el Comité Intergubernamental de la Unesco ha reconocido, junto con otras candidaturas como por ejemplo la del saber tradicional de los chamanes jaguares del Yurupaí (Colombia), a su fado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Reunidos en la isla indonesia de Bali, los expertos han querido reconocer a la canción urbana portuguesa por excelencia, la cual es interpretada a una voz siempre acompañada por una guitarra portuguesa. Su origen hay que buscarlo en los barrios más pobres de Lisboa, muy probablemente durante la primera mitad del siglo XIX y no sería la popularidad que alcanzó gracias a la radio, cuando consiguió exportarse al resto del mundo.
Ante tal distinción el mismo alcalde de la capital lusa, Antonio Costa, declaró que el país vivía unos momentos de alegría y orgullo y dedicó dicho honor a «aquellos que se dedican al arte del fado: a los cantantes, a los poetas, a los músicos y a los compositores». Sin embargo, el acalde también se apresuró a apuntillar que todo ello conlleva, asimismo, la gran responsabilidad de proteger e impulsar el fado “como una marca de la diversidad del patrimonio humano».
Una de las características principales de este género musical viene dada por su temática. Esto es así porque el fado es la mayor expresión, a través del canto, de los malos momentos que nos brinda la vida; de este modo, se suele cantar a la nostalgia, a la melancolía, al fatalismo o a la frustración, así como también se narran las historias que conllevaba vivir el día a día en los barrios más humildes. A este respecto, suele decirse que la palabra fado proviene del latín “fatum”, que significa destino y, si lo que queremos es una definición específica, tan sólo hay que recurrir a una estrofa de una de las más célebres canciones de este género:
«Amor, celos,
ceniza y fuego,
dolor y pecado.
Todo esto existe;
todo esto es triste;
todo esto es fado».
EL FADO, PADRIMONIO INMATERIAL
Año de su inclusión en la lista de Patrimonios: 2011 País: Portugal
Category: Patrimonios de Europa
