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El Valle de la Luna, extraño paisaje en Argentina

Al norte de la provincia de San Juan, al Norte del departamento de Valle Fértil en Argentina, nos topamos con un paisaje que parece salido de una novela de ciencia ficción, o al menos de otro mundo, nos referimos al coloquialmente llamado Valle de la Luna o Parque provincial de Ischigualasto. Con una superficie de más de 275.000 hectáreas y una antigüedad de cerca de 200 millones de años, es uno de los más importantes lugares para el estudio de la geología y la paleontología, debido a su peculiar morfología, en la que se distinguen claramente las distintas etapas del periodo triásico.

Algunas peculiaridades del Valle de la Luna son su casi completa falta de vegetación y las caprichosas formaciones rocosas, vestidas de diversos colores, lo convierten en una interesante atracción para científicos y turistas, existiendo la posibilidad de recorrerlo acompañados de un guía especializado, en un recorrido de aproximadamente 3 horas en coche.

De hecho, este parque se ha convertido en el mayor atractivo turístico de la provincia, y pese a que ha sido un lugar importante para el estudio científico desde hace casi un siglo, no fue hasta el año 2000 en que fue declarado como Patrimonio de la Humanidad. Las duras condiciones climáticas son quizá el único inconveniente para turistas y científicos, siendo necesario el venir preparado para el calor, la sequía y los fuertes vientos que azotan la región.

Está en marcha un proyecto para realizar excursiones de tipo científico, descubriendo al visitante datos de la geología y las especies animales que poblaron el valle hace millones de años, así como saber más acerca de la extracción, clasificación y estudio de los fósiles. También se pretende mejorar las condiciones de trabajo para investigadores y la implantación de guardaparques, con objeto de preservar lo mejor posible el estado del parque. Gran parte del tesoro natural del Valle de la Luna está a nuestro alcance en el Museo de Ciencias Naturales del Parque Ischigualasto.

Desde las curiosas formas que adoptan sus rocas y montañas, hasta la ventana al pasado que representa, el Parque Ischigualasto es un lugar inigualable para conocer nuestro mundo, aunque parezca sacado de otro planeta.

Foto 2 vía: M.Bustos