Protegiendo el patrimonio sirio

La Mezquita de Alepo

Desgraciadamente, una de las víctimas calladas de todas las guerras son siempre las casas, los edificios, los jardínes, las calles… El patrimonio de las ciudades se pierde, en ocasiones de forma irremediable, por la acción de la ira humana.

A la memoria se me viene aquel trágico instante en que durante la guerra de Yugoslavia volaron el puente de Mostar, o cuando los talibanes mandaron destruir las estatuas de los Budas de Bamiyán, unas imponentes figuras que habían permanecido incólumes al paso del tiempo durante 1.500 años.

Precisamente el sentido de la Unesco es el de proteger todos estos bienes de la Humanidad, no solamente del paso inexorable del tiempo, sino también de la ignominiosa mano del hombre. Es lo que han tenido que hacer nuevamente, esta vez en Siria, con motivo de los recientes enferentamientos bélicos que están aconteciendo en el país, donde no hace mucho, la guerra destruyó completamente el minarete de la Gran Mezquita de Aleppo, patrimonio de la Humanidad.

Por ello, la semana pasada la Unesco anunció la creación de un grupo de observadores internacionales destinados a la protección del patrimonio sirio, que contará con un presupuesto de 2,5 millones de euros.

Su finalidad será no solo la de protección de estos patrimonios, sino también la búsqueda de las obras culturales robadas en Siria, y el arduo trabajo de concienciar a todos los Estados para que intervengan en la desmilitarización de los luagres patrimonios de la Humanidad afectados por la guerra.

Hay que recordar que la lista de patrimonios de Siria se compone de seis bienes, entre los que están la castigada ciudad de Aleppo y sus aldeas colindantes, además de la Ciudad Vieja de Bosra, la fortaleza templaria del Crac de los Caballeros, el sitio de Palmira o la Ciudad Vieja de Damasco, la capital.

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Category: Patrimonios de Asia

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